Antiguamente, en
el imperio incaico no había carreteras, ni autos, ellos construyeron caminos de
herradura, caminaban los hombres junto a sus animales de carga. Ellos se
dedicaban a la agricultura, crianza de animales, metalurgia y a la
construcción. Su dieta se basaba en el consumo de la quinua, kiwicha, maíz,
cuy, alpaca, llama, pescado, tuna entre
otros alimentos, ellos no tenían productos alimenticios procesados ni
utilizaban preservantes, ni colorantes artificiales. Realizaban mucha caminata.
A esta dieta antigua se le conoce actualmente como la dieta ancestral. La
dieta ancestral es aquella que nuestros antepasados comieron y que permitió un funcionamiento mejor de su organismo, probablemente
tuvieran buena salud.
Nuestros antepasados
probablemente no han padecido de tantas enfermedades como actualmente, la padecemos,
tales como: la osteoporosis, obesidad,
stress, arterioesclerosis, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, alergias alimenticias, enfermedades
neurológicas, reumatológicas, alzheimer, asimismo no se ha encontrado tanto
índice de mortalidad como actualmente tenemos a causa de estas enfermedades.
Actualmente, se ha
cambiado de nuestra dieta ancestral por otra. Ahora comemos productos
procesados que poseen antioxidantes, preservantes y colorantes artificiales y
alimentos transgénicos. Comemos pocas frutas, verduras. Tomamos bebidas
gasificadas, bebidas hipercalóricas, también tomamos leche, y muchos productos
hipercalóricos. No realizamos ejercicios. Todo esto probablemente sea la causa del padecimiento de las enfermedades
crónicas antes mencionado. Este cambio se debió a la transculturización que nos
han impuesto otros patrones alimenticios y nos alejamos de nuestra dieta
ancestral.
Cuando estuve realizando un
trabajo de investigación en todas las regiones del Perú preguntando a las personas
sobre sus hábitos alimenticios, se observó que aquellas personas que
mantuvieron su dieta ancestral como por ejemplo los pobladores altoandinos se
observa que no desarrollan las enfermedades que en la actualidad, si tienen los
que si se alejaron de su dieta ancestral. Existen a la fecha poblaciones
altoandinas que aún conservan la costumbre de alimentarse con la dieta
ancestral, por ejemplo su desayuno
consta de maíz y queso, su sopa de mote o cebada, luego ellos se van a la
labranza de sus tierras de cultivo
caminando (es como hacer ejercicio), su almuerzo y cena consta de sopa y
segundo que son guisos que son sazonadas con plantas aromáticas del lugar. No
fuman, duermen sus 8 horas y se levantan muy temprano, llevan una vida sin stress,
todos estos factores ayudan a la longevidad y que no padezcan de las
enfermedades de este siglo.
Pero cuando estos pobladores
altoandinos se alejan de su dieta ancestral y comen frituras, gaseosas, pollo a
la brasa, anticuchos, salchichas entre otras y no realizan ejercicios, duermen
poco y se observa que ellos desarrollan enfermedades antes mencionadas.
Dentro de los alimentos
ancestrales que comieron mis antepasados (los incas) fueron:
La
Quinua (Chenopodium quinoa) es un
alimento que posee 16 a 23% proteínas y carbohidratos. Entre los aminoácidos
tenemos a la lisina, la arginina, histidina, metionina y cisteína. Posee
hierro, calcio, fósforo. El año 2013 ha sido declarado como el Año Internacional
de la Quinua por la Asamblea General de las Naciones Unidas en reconocimiento a
las practicas ancestrales de los pueblos andinos que han preservado la quinua
como alimento para las generaciones presentes y futuras.
La
Kiwicha (Amaranthus caudatus), sus semillas contienen de 13 a 18% de
proteínas, entre los aminoácidos posee la leucina, dentro de los minerales
tenemos calcio, fósforo, hierro, potasio, zinc, tienen vitamina E y el complejo
B
El cuy (Cavia porcellus) es un mamífero roedor
originaria de la región andina de América del Sur y alcanza un peso de 1 kg. Su carne se caracteriza por
tener 20% de proteínas y 7% de grasas. Una forma de cocinarlo es en agua, luego
de ello se pueden hacer guisos o freírlos (esto es una modificación de la forma
de preparación del cuy). El agua del hervido es rico en colágeno se puede tomar
ese caldo con unas pocas gotas de limón.
La llama (Lama glama o Auchenia llama) es el
camélido sudamericano más grande, se le utiliza como productora de carne, lana y para trabajo.
La carne posee 21,12 a 24,8% y de lípidos 1,21 a 3,7%.
La alpaca (Vicugna
pacos) es otro camélido sudamericano que los incas consumían, su carne
tiene 18,93 a 19% de proteína, lípidos
de 1,06 a 7,2%
La papa (Solanum tuberosum) los tubérculos
presentan un 78% de agua y un 18% de almidón, contiene vitamina C, riboflavina,
tiamina y niacina, además posee calcio, potasio, fósforo y magnesio. Existen
diversas variedades y de colores diferentes como por ejemplo, papa blanca, papa
amarilla y papa morada.
El maíz (Zea
mays) fue también el alimento principal de los incas, de proteína es de 9,4%,
carbohidratos 74,2%, fibra 1%, lípidos 4,7%, posee minerales tales como:
potasio 287 mg, fósforo 210 mg, magnesio 127 mg, manganeso, calcio, zinc,
selenio, también posee vitaminas.
Recomiendo que cada región tienen sus propios recursos
vegetales y animales que les sirven de alimentos, es por ello que cada uno debe
de estudiar e investigar que comieron sus antepasados y tratar de seguir ese régimen
alimenticio ancestral.
En conclusión es mejor regresar a nuestra dieta
ancestral para mantener nuestra salud y así evitaremos padecer de enfermedades tales
como: cardiovasculares, obesidad, diabetes, cáncer, reumatológicas,
neurológicas, osteoporosis, alergias alimenticias, alzheimer entre otras.
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