Cuando una pareja se enamora muchas veces, sólo se deja llevar por los sentimientos del corazón, del cuerpo y no de la razón. Después de la convivencia vienen muchas veces los pesares. Esto se agudiza más con la llegada de los hijos. Ellos no tienen la culpa de haber llegado a este mundo. Los padres deben ser responsables de la educación, cuidado e instrucción de sus hijos. Muchas parejas se separan, y muchos varones especialmente, piensan que también se están separando de los hijos y no se hacen responsables de ellos.
El tener un hijo es una bendición que debemos cuidarlo con mucha ternura y muchisimo amor. Cuando los padres ya no estemos en este mundo, ellos nos recordarán con muchísimo amor y mucho agradecimiento de haberles dado la vida.
Es importante mantener la unidad familiar, valorar a su pareja, comprender sus estados de ánimo, sus ideales, aceptarlo como lo hemos conocido, respetar los valores que trae de su familia, no dejar que en la relación entren a tallar otras personas, que malogren la relación de pareja (las amantes, la suegra, las cuñadas, los amigos).
Se debe dar preferencia a nuestros hijos, esposo, esposa antes que a otras personas. Se deben compartir momentos de esparcimiento en la familia. Que el trabajo no absorba al cónyuge y lo aleje de su familia.